martes, 20 de septiembre de 2016

Querida Mafalda, te amo

Han pasado algunos meses desde que no nos vemos, te fuiste a realizar lo que amas y yo me puse contento cuando lo supe. Todavia recuerdo cuando te despedi, te reias como siempre, con esa risa llena de alegría, te subiste al bus y partiste tu viaje. Ahora en mi presente paso mis noches en la casa fiscal sin poder dormir, esperando a que vuelvas de hueyerehue, ese pequeño pueblito del sur donde te fuiste a trabajar como profesora.
Mi único momento donde mi cuerpo y mente se relajan es cuando me llamas desde la comisaria de talcahuano, contandome  todas esas historias. Cómo esas en la que cuando llegaste, la señora veronica encargada del lugar, y sus amigas te recibieron con tanto amor. Habilitaron el comedor para realizar el colegio público y tu hiciste un bonito letrero para ponerlo en el comedor, me contabas que la voz se paseaba rapido por el pueblito y los niños, que vivian muy lejos, llegaban en sus caballos trayendo en sus espaldas a sus hermanas pequeñas. Amarraban a sus caballos y entraban a la sala con mucha felicidad. Siempre me ha encantado como cuentas las historias princesa, me haces sonreir con cada palabra y cada chiste que dices. Pero cuando cuelgas te extraño y mis noches son interminables. Pero hoy es distinto, hoy te veré porfin después de tanto tiempo y aunque estoy preocupado porque te devolveras por un dolor en tu estomago que te tiene mal, estoy maa feliz porque podré cuidarte y abrazarte para que te mejores. Fue dificil pero logré conseguirme un camion en la armada para irte a buscar y aun con el largo viaje que tuvimos que hacer con el chofer, mi sonrisa no pudo ser más grande al verte.
Aunque mi sorpresa fue mayor al ver tantos regalos que te daba la gente del pueblo, era de esperarse si siempre has tenido el don de ser querida por todo el mundo. Ahora nos devolvemos, con el camión lleno y contigo en mis brazos, porfin puedo dormir tranquilo al poder escuchar tu respiración al lado mio.
Mi querida Mafalda, mi querida princesa